Esta semana fue la primera vez que lloré en la locóloga. No es que me cueste llorar, al contrario, lloro por todo. Pero nunca con un extraño (la conozco hace un mes nomás, es un extraño).
Es rara la sensación de sentirse bien y mal a la vez. De estar bien por descargarme y decir todo lo que pienso sin que me juzguen y estar mal por revivir cosas que no me gustan.
Me di cuenta que reflexionar a veces duele...duele darme cuenta que mi ultimo novio me afanaba y que el anterior me maltrataba. Pero me da fuerzas saber que pude salir de ahi cuando se que hay miles de mujeres que se quedan en situaciones malas porque no tienen el coraje para salir.
Yo seré inocente, medio boluda, llorona y caprichosa...pero por suerte también tengo lo suficiente como para decir: "Acá no me quedo". Y eso me pone un poquito orgullosa de mi misma.
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